Presencia y permanente acompañamiento a los habitantes de poblaciones del norte de la provincia afectadas por extraordinarias inundaciones. El Defensor del Pueblo, Raúl Lamberto, puso la institución a disposición de la emergencia y agradeció las muestras de interés y solidaridad de sus pares de Argentina y demás países de Iberoamérica.

Con lluvias excepcionales que se suceden en medio de tormentas desde hace ya semanas, varios estados de la República Argenta atraviesan situaciones de emergencia con ciudades inundadas, poblaciones aisladas, millones de hectáreas de campos anegados y pérdidas materiales millonarias. Una de esas provincias es la de Santa Fe en cuyo norte territorial se vive la crítica situación por lo que el defensor del Pueblo, Raúl Lamberto, ha puesto la institución a disposición de las zonas afectadas.

“Las precipitaciones son tan excepciones que los suelos ya no absorben más agua, las napas están casi a nivel de superficie y las precipitaciones se siguen registrando. No hemos tenido que lamentar víctimas humanas pero el drama del desplazamiento de familias es inevitable. En una localidad, Villa Minetti, cedieron las defensas y el agua inundó el 90 por ciento de la ciudad. El esfuerzo por salvar vidas de humanos y animales, y proteger los bienes que se pueda es agotador y no puede cesar hasta que pase la crisis. La Defensoría del Pueblo no puede estar ausente”, dijo Lamberto.

El ombudsman santafesino agradeció asimismo las comunicaciones recibidas de sus pares de otras provincias del país como asimismo de otros países integrantes de la Federación Iberoamericana del Ombudsman que el actualmente integra como vicepresidente representando a Argentina.

“Nuestros móviles de las oficinas ambulantes de atención han sido enviados a la zona que las autoridades han declarado de desastre y nos hemos comunicado con los responsables de los operativos de rescates para sumarnos a la asistencia allí dónde se nos requiera. Están permanentemente recorriendo las distintas poblaciones y permanecen alertas frente a la situación de las grandes extensiones de zonas cultivables y ganaderas que han quedado bajo agua”.